La plazoleta de la urbanización fue creada como un área de comercio enfocada a satisfacer las necesidades de consumo de los habitantes del sector; su arquitectura se asocia como un No-lugar : una amplia explanada ausente de espacios en dónde reposar, estructura que refleja una finalidad de transición y poca permanencia.
Este centro comercial pareciera no cumplir con los propósitos iniciales para los que fue construido; Se afirma que el comercio que allí se instaura no cumple de manera sinérgica las necesidades comerciales de los habitantes de la zona, y además, en las horas de la noche sufre una transformación significativa que da lugar a dos caras de un mismo sitio.
En las horas de la mañana parece ser una zona estática, la aparición de algunos transeúntes que se desplazan con agilidad refleja el diario panorama, cemento muerto y pocas relaciones de socialización primaria, no obstante al medio día suele tener más dinamismo, sin que un movimiento pasivo deje de acompaña el lugar.
Al caer la tarde la Villa se va llenando gradualmente hasta transformarse en un lugar de encuentro; amigos se reúnen, charlan, y hasta tocan guitarra; en algunos de estos encuentros y relaciones sociales predomina el consumo de licor, cigarrillo y de manera discreta, de sustancias psicoactivas.
En el transcurso de la noche se hace difuso identificar estilos, los metaleros se ubican a un lado de los alternos que bromean cerca de los skate, diversidad de personas transitan, todo se hace confuso, el ambiente se torna nuboso para quien observa, muchas veces se ha escuchado decir que la Villa es un espacio propicio para la cultura rock, pero, ante este panorama se podría decir que es un escenario plural, expresado en la diversidad de subculturas, tribalismo urbano y relativismo cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario